Trabajadores inmigrantes de
Freehold obtienen ganancias





Por Fidela Gonzalez

Durante el pasado año, jornaleros inmigrantes en Freehold, NJ han detenido un intento gubernamental para echarlos de la ciudad y, organizándose junto con activistas locales, armaron un sistema de hiring-hall que ha incrementado los jornales. Su continua lucha es un ejemplo de cómo la unidad de inmigrantes-ciudadanos puede derrotar la ofensiva anti-inmigración y obtener verdaderas ganancias para todos los trabajadores.
Eliminando a los inmigrantes
A fines de 2003, el gobierno de Freehold, -una pequeña ciudad del condado de Monmouth, NJ- prohibió a los trabajadores que se juntaran en una zona de reunion para pedir trabajo. Este decreto estuvo apuntado a inmigrantes Hispanos, principalmente mexicanos, en una atmósfera de intolerancia y autoritarismo. Su objetivo era empujar a los inmigrantes fuera de la ciudad, como un primer paso en el proyecto de empujar fuera a todos los trabajadores de bajos recursos y reemplazar vivendas de bajo costo por viviendas de lujo - un patron de gentrificación que viene ocurriendo en todo el estado. Al mismo tiempo, "equipos de inspección de viviendas", incluyendo oficiales de policía, comenzaron a golpear puertas de familias hispanas a todas horas, asustando a trabajadores durante su sueño que no hablaban ingles y que no entendían lo que ocurría. Cuando podían, los oficiales de viviendas emitían grandes multas contra los trabajadores por "hacinamiento" e incluso los desalojaban.
Con el apoyo de grupos de bienes raíces, se formó una nueva organización anti-inmigrantes, llamada PEOPLE (en español,


Presionando a nuestros oficiales electos para que protejan nuestro ambiente), que en el estilo de los movimientos anti-semitas de los años 30, intentó informar sobre inmigrantes hispanos: dónde viven, cómo viven, con quién, patentes de los autos que aparcaban y los visitabam, así como intimidar a quienes los contrataran.

Dando pelea

En respuesta a esta ataque a los derechos civiles de los inmigrantes, se creó una coalición para dar pelea. El 1 de diciembre de 2003, unos 200 jornaleros asistieron al consejo municipal de Freehold, apoyados por la Red Nacional de Organización de Jornaleros (NDLON - National Day Laborer Organizing Network ), Residentes de Monmouth County por los Derechos de los Inmigrantes, una nueva organización surgida de los movimientos anti-guerra locales; el Comité de Defensa de los Derechos Civiles de NJ y otros grupos de derechos humanos en protesta por el decreto prohibiendo la zona de reunion.
Los trabajadores se organizaron en el Comité de Trabajadores por el Progreso y el Bienestar Social (Workers Committee for Progress and Social Welfare). Con la zona de reunion cerrada, los trabajadores encontraron una locación temporal en ls Segunda Iglesia Bautista, donde se reunieron a diario entre el 1 de enero y el 31 de marzo. Allí establecieron un sistema de trabajo con la ayuda de NDLON. En lugar de competir entre sí por los empleos, como en la vieja zona de reunion, permitiendo que los contratistas establecieran los salarios más bajos, bajo el nuevo sistema el trabajo se asignaba en base a un sistema de hiring-hall, con una lista de trabajadores elegibles y trabajos asignados por orden en la lista. El Comité de Trabajadores, regido democráticamente, estableció estándares mínimos a los que los contratistas debían adherer, incluyendo pago en tiempo de los salaries y un pago mínimo de $10 por hora, bien por encima de los promedios anteriores. Con poco trabajo durante el invierno, inmigrantes y trabajadores natives unidos organizaron clases de ingles y matemática, y mantuvieron discusiones sobre salud, violencia contra empleados domésticos, así como continuos debates sobre el curso de su lucha.
Al mismo tiempo, luego del repetido rechazo del gobierno local para iniciar un diálogo productivo, NDLON y los grupos locales, con la ayuda legal de Puerto Rican Legal Defense and Education Fund, iniciaron juicio a la ciudad en una corte federal para rescindir la prohibición de la zona de reunion basándose en que la misma violaba los derechos de los trabajadores a la libre reunion - derechos garantizados por el Bill of Rights. No apoyándose sólo en el juicio, 300 trabajadores y sus aliados del resto del estado marcharon en Freehold el 15 de enero, día de Martin Luther King. El juicio obtuvo una rápida Victoria, con la corte ordenando a la ciudad que permitiera el uso de la zona de reunion. El 31 de marzo, los trabajadores marcharon a la zona de reunion y tomaron poseción de la misma. En dicha zona, mantuvieron estrictamente el sistema de asignación de trabajos perfeccionado durante el invierno.

Expandiendo la lucha

Aunque la zona de reunión -una franja de tierra al costado de un camino- fue recuperada, la intimidación policial no se detuvo. Ahora se dirigió especialmente a asustar a los contratistas con multas sin límite. Tampoco cesaron los raids en las viviendas. En respuesta, las organizaciones de Freehold, junto al NJCRDC, movilizaron una Marcha por los Derechos Civiles el 18 de julio en Freehold. La marcha, con los slogans: Detengan los Ataques a los Inmigrantes, Paren las Detenciones y la Tortura, Liberen a todos los Detenidos Ahora, hizo la conexión entre los ataques contra inmigrantes en Freehold y la campaña más amplia contra las detenciones ilegales y la tortura ejercidos por el gobierno de los EEUU. Los ataques a los inmigrantes afectan los derechos de todos, decían los volantes para la Marcha.
A pesar de una campaña de intimidación contra los inmigrantes antes de la Marcha, el 18 de Julio 150 personas, mitad inmigrantes y mitad natives, marcharon y demostraron pacíficiamente desde el centro de la ciudad hasta la zona de reunion.  Mientras marchábamos, más y más gente se nos fue uniendo de la comunidad de inmigrantes, incluyendo madres con cochecitos de bebé. La fuerza de la razón y la esperanza prevaleció en las caras decididas de los trabajadores, fortificadas por el sufrimiento de la injusticia y su conocimiento de la real situación. Ni las patrullas policiales ni sus cámaras, uniformes o corbatas pudieron intimidar a nadie. La Marcha fue cubierta por Univision, National Public Radio, El Diario, Hoy, Asbury Park Press, y Freehold News Transcript.
La Marcha, que demostró que la unidad puede vencer al hostigamiento, rompió el cerco de miedo que venía afectando tanto a los inmigrantes como a sus contratistas. A los pocos días de la Marcha, los trabajadores reportaron que las ofertas de trabajo se habían quintuplicado, y la fuerte demanda de mano de obra continuo durante el otoño.  Ciertamente, empleadores locales de principalmente mano de obra native comenzaron a quejarse por las dificultades para mantener los salaries a 7 u 8 dólares la hora cuando los jornaleros estaban ganando 10.
A pesar de estas victories, la arrogancia del poder opresivo todavía se siente. Los trabajadores están todavía en la calle, sin un verdadero centro de contratación, sin lugares donde sentarse, baños, o protección contra el calor, frío o lluva. La lucha por un centro de contratación permanente, el fin de los raids a las viviendas y por igualdad de derechos para trabajadores inmigrantes continúa.